El procedimiento puede generar una leve molestia durante la inyección, pero generalmente es bien tolerado. Se usa una aguja muy fina y en algunos casos se aplica anestesia local para mayor comodidad.
Los efectos suelen aparecer entre 3 y 7 días después de la aplicación y pueden durar entre 3 y 6 meses, dependiendo del diagnóstico y la respuesta individual del paciente.
Los efectos secundarios son raros y, cuando ocurren, suelen ser leves y transitorios, como enrojecimiento, dolor leve en el sitio de inyección o debilidad muscular temporal.